Hijos de las sombras

domingo, 9 de mayo de 2010

EL DESCANSO (SONETO XXIII)




La muerte trae la podredumbre

en la que la vida te precipita.

Cálida, certera y exquisita,

es la segadora de la herrumbre.


Mas si vives en la incertidumbre,

violado por un dios sodomita

y consumido como flor marchita,

ella pondrá fin a tu pesadumbre.


Generosa en su abrazo frío,

es consuelo en todo su esplendor,

es mar a donde fluye todo río.


Es ahora, con el umbral sombrío

traspasado, cuando este dolor

del vivo al fin deja de ser mío.


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